jueves, 29 de enero de 2009

Nota de la periodista Sara Lovera

Latinoamérica: Dos feminismos y dos reuniones en México
Por Sara Lovera


México, enero.- La capital de la república mexicana se convertirá,
en marzo, en la sede del encuentro que, cada dos o tres años,
realizan las feministas de la región latinoamericana y caribeña
desde hace 28 años.

Se esperan dos reuniones: una de las feministas llamadas "autónomas"
y otra de las plurales, de partidos políticos, de organizaciones no
gubernamentales e incluso institucionales y/o gubernamentales.

En el XI Encuentro Feministas de Latinoamérica y del Caribe los
informes serán de María Eugenia Romero y del Comité Organizador,
cuya secretaria técnica es Pilar Muriedas, ambas de México. En
tanto, en la cita paralela informará la académica y feminista de
origen italiano Francesca Gargallo.

Según la información oficial de una y otra reunión, se espera que
unas 2.000 participantes coincidan, entre el 10 y el 25 de marzo, en
esta ciudad, que ha sido escenario en los últimos años de las más
nutridas movilizaciones políticas y donde se halla la historia de
uno de los movimientos feministas con mayores logros en la región.

La histórica diferencia entre quienes admiten que las instituciones
han ido incorporando, lentamente, la perspectiva de las feministas
en las políticas públicas y quienes afirman que el feminismo es una
vía para terminar con el patriarcado en todos sus órdenes, sin
mediaciones y sin instituciones, surgió en el Sexto Encuentro,
realizado en El Salvador, en 1993.

Por entonces se había incorporado la peruana Virginia Vargas a las
tareas de organización de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, y
las organizaciones no gubernamentales habían conseguido recursos
económicos permanentes para promover los derechos de las mujeres.

La división parecía, en principio, artificial y se ubicó como una
diferencia entre la socióloga Vargas con la arquitecta chilena
Margarita Pizano, una histórica negociadora, incluso con la
dictadura chilena, para abrir espacios de mujeres y hablar de
feminismo en las peores condiciones.

Sin embargo, Pizano, quien era reconocida regionalmente, más tarde
descalificó la actitud de Vargas y sus seguidoras por pactar y
acordar acciones con la Organización de Naciones Unidas.

Seguidoras de Pizano fundaron la tendencia autónoma, que se opone a
lo que llaman institucionalizació n del feminismo, y aseguran que se
está reciclando el patriarcado.

En México será la primera vez que habrá un encuentro paralelo,
retando a lo que los textos de las mujeres autónomas
llaman "oficial".

Una crítica al órgano técnico del XI Encuentro, que ha seguido la
tradición de las reuniones, es que el Comité elegido firmará un
convenio con el jefe de gobierno del Distrito Federal, de origen
socialdemócrata, administració n a la que se le reconoce una
intención avanzada para aplicar políticas públicas a favor de la
población femenina.

En la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, parte del
proyecto político del gobierno del Distrito Federal, laboran algunas
de las organizadoras de la reunión paralela.

En tanto, las organizadoras señaladas como oficiales están
incorporadas a un sinfín de proyectos institucionales del Gobierno
de la Ciudad de México, algunas incluso son funcionarias, diputadas
o promotoras de leyes que protegen a las mujeres.

Las conclusiones del X Encuentro, realizado en Brasil en 2005,
enfrentaron en los años siguientes el crecimiento exponencial de la
violencia contra las mujeres, la profundizació n de la pobreza y la
aparición de una nueva derecha política, "y es eso lo que hay que
discutir", insistió Romero.

El documento final de aquella cita señalaba textualmente: "Son
necesarias las acciones y el trabajo que favorezcan las condiciones
de las mujeres, acabar con la violencia, con las guerras y la
pobreza, el fin del patriarcado; lo que no queremos es que sea el
dinero y el privilegio de algunas y algunos quienes nos usen para
legitimar nuevamente el despojo de las feministas, es nuestra
memoria histórico-polí tica la que una vez más se pronuncia para
exigir que al movimiento feminista recobre la rebeldía, la
desobediencia, la radicalidad y la creatividad del feminismo".

El encuentro en Brasil contó con mayoría de feministas "autónomas",
pero lo que ahora se prepara en México parece retomar procesos que
avanzaron desde 1981 en Colombia, en el tono de ir logrando pequeños
y grandes progresos.

Fue ahí donde se decretó el 25 de noviembre como Día de lucha por la
eliminación de la violencia contra las mujeres, que fue retomado
nueve años después por la ONU. Fue en Argentina, en 1990, durante el
V Encuentro, donde se inició la campaña latinoamericana por la
despenalizació n del aborto, que se hace todos los 28 de septiembre
desde entonces.

Guyana y la capital de México son los dos lugares donde esa campaña
obtuvo logros concretos. Hay algunos avances en Brasil, pero al
menos en una decena de países de la región esta práctica está
totalmente prohibida. Incluso hubo retrocesos significativos en
Chile —cuna del feminismo autónomo— y en Nicaragua. La legislación
sobre aborto en Puerto Rico y Cuba obedece a procesos concretos.

La cita que actualmente se prepara en México centrará sus
discusiones, según Romero, en el tema del fundamentalismo, al
reconocer que la derecha política atenta contra los logros
alcanzados en el campo de la sexualidad y la salud reproductiva; que
usa un doble lenguaje y no hace nada para detener la violencia y la
impunidad.

En el otro extremo, la declaración de las feministas autónomas es
contundente:

"Retomando el espíritu inicial con el que surgieron los encuentros
feministas latinoamericanos, este Encuentro feminista autónomo,
haciendo comunidad en la Casa de las Diferencias, será
autofinanciado y no se cobrará ningún tipo de entrada, ni hospedaje.
Se realizará gracias a la solidaridad de nuestras compañeras
mexicanas que nos alojarán y organizarán un espacio para nuestro
encuentro. Al llegar, haremos un fondo común para nuestras comidas y
bebidas diariamente".

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